domingo, 9 de mayo de 2010

Mi confrontación con la docencia

Hace 15 años tuve la oportunidad, de incorporarme al subsistema CECyTECH, gracias a la invitación en ese entonces del director de plantel, Ing. Enrique Virrueta Villegas, quien fue que me incorporó. Mi primera experiencia fue como docente en el Plantel 04, Jitotol, ubicado en la Zona Norte del Estado de Chiapas.

Entonces mi actividad de docente, la compartía con un puesto administrativo, el de coordinadora administrativa de ese plantel, en el período de 1994 al año 1999.

Estuve en este Plantel por 5 años, durante el tiempo que trabajé como docente fue algo relevante en mi vida profesional y personal, pero me apliqué y me apoyé del personal con experiencia para aplicar estrategias de enseñanza y sacarle provecho y todo mi esfuerzo en explicarles y hacerles entender lo que sabía a mis alumnos, pues soy Contador Público, sin formación como docente y no les miento fue algo difícil al principio pero conforme pasaba el tiempo, uno pierde el temor y al final el trabajo con mis estudiantes fue bastante satisfactorio.

Trabajar como docente en esta época fue un gran reto y una gran responsabilidad. Sin embargo reconozco que mi práctica docente, se reducía al esquema tradicional; entonces no me daba cuenta del poder enorme que tiene uno como docente en el aula, y que a veces uno puede convertirse en tirano con los estudiantes.

Ahora con los principios de la RIEMS que bueno que nuestro actuar ha cambiado. Hoy el docente es un facilitador que entiende perfectamente que su papel es ayudar a los jóvenes a construir sus conocimientos. Hoy el docente se convierte en un ser humano que comprende, que entiende los problemas de los chicos, y que además al mismo tiempo uno también aprende con ellos.

En este nuevo esquema, los docentes hacen un replanteamiento de las evaluaciones como producto de acompañamiento académico. Ya no es necesario generar periodos de evaluación, sino acompañar el proceso de aprendizaje con evidencias satisfactorias donde se aprecie el saber qué, el saber hacer, y el saber ser; todo ello con el fin de mejorar el perfil de egreso del bachiller.

Entiendo finalmente que esta nueva cultura de trabajo, nos obliga a todos los actores a comprometernos significativamente con nuestro quehacer cotidiano. Por nuestra parte, hay un gran compromiso y responsabilidad porque estamos preparando a jóvenes para la vida y el trabajo.

La Reforma la tenemos que tener claro todos y todas. Nos exige un cambio de actitud hacia nuestra forma de ser, de trabajar.


Mirna Magali Balcázar Jiménez

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